Me llamo Rubén Bravo Prados, tengo 27 años y vivo en Mataró (Barcelona). No romperé el tópico de que desde pequeño me encantaba dibujar. No aprendí ni en escuelas ni instituciones: los libros de matemáticas fueron mis primeros lienzos. A partir de ahí, y de manera instintiva, decidí enfocar mis estudios hacia el arte. Estudié Bellas Artes en la Facultad de Bellas Artes de Barcelona, en la que me especialicé en dibujo y pintura.

Desde siempre he tenido afinidad por el cómic y la ilustración, empecé a sumergirme en una amalgama de estilos estudiando de las fuentes de Bruguera, Marvel, Toriyama, Looney Tunes, Ren & Stimpy y todas las cosas que pudiesen fascinar y divertir a un chaval altamente impresionable con ansias de desgastar los lápices dibujando.

Inevitablemente me adentré en el mundo de la pintura y el dibujo artístico en la facultad, tuve la suerte de aprender de algunos grandes profesores y sobretodo de amigos con los que compartimos la lucha de imaginar el arte como una manera de vivir en este mundo, indisoluble a nuestro ser y sentir. Van Gogh, Manet, Schiele, Tolouse-Lautrec, Cézanne, Rubens, Mir, Casas, Hogarth, Velázquez, Sargent, Rembrandt… así me podría pasar un buen rato enumerando a todos aquellos a quien respeto solemnemente y de quien, con toda humildad, me atrevo a considerar su aprendiz.

Durante mi vida me he dedicado a realizar todo tipo de trabajos artísticos que se me han presentado, realizando encargos y diversas exposiciones y he recibido algunos premios de cómic y pintura; también, de la mano del departamento de dibujo de la Facultad de Bellas Artes, recibí dos becas de asistencia al Reial Cercle Artístic de Barcelona. Actualmente, sigo con los encargos y publico algunas tiras en la revista LePotage, aparte de esporádicas apariciones en El Jueves Digital.

Antes de acabar, quisiera confesar que mi verdadera vocación es la música, a la cual me dedico desde los 15 años (¡que más quisiera yo que profesionalmente!). Soy cantante, compositor, guitarrista y me defiendo como bajista, batería, pianista e ingeniero de sonido de mis propias grabaciones.

A veces veo a muchos artistas que dicen: yo hago arte para expresarme. Creo que todo ser humano se expresa por naturaleza, y a mí me resulta imposible desvincular todo esto de mi vida. Sea para expresarme o no: esto es lo que soy, y espero seguir siendo sin dejar de mejorar ni de aprender.